domingo, 3 de agosto de 2008

Flash de última hora

De golpe nos quedamos enganchados a Día de la Independencia, el compendio de clichés yanquis más obsceno que una mente diabólica puede concebir, hipnotizados por la tele, secuestrados por el cannabis, acorralados por el frío, en uno de esos sábados a la noche de Hollywood y Mc Donald’s que el hombre occidental de vez en cuando debe autopropinarse.

Cuando terminó la película y pasaban los créditos con la lista de culpables nos fuimos reclinando en el puf hasta que quedé yo con la cabeza colgando boca arriba y ahí, en el living de mi apartamento, con mi chica ascendiendo por mi vientre y la vista fija en la pared donde está el afiche de Alex y sus tres drugos, me quedé petrificado. Por un segundo y entre paréntesis vi el fin del mundo.

Enseguida todo volvió a la normalidad, como sucede siempre después de cada fin del mundo.

No hay comentarios:

Free counter and web stats